jueves, 8 de diciembre de 2011

Y quizás es que no hay nada más que decir.

Ahí está ella. En el banco del parque arrodillada, pidiéndole a las estrellas que sea verdad, que sea él.
Pero no todo está tan claro. Él con sus palabras bonitas, con sus mentiras y sus falsas ilusiones que hacen tanto daño, que la hieren tanto. Y ¿qué es lo que puede hacer? Esperar, sólo esperar; porque es solo con el tiempo como puede conseguir que todo la de igual, que llegue a sanar. Y sí, es duro, pero con esfuerzo y su gran voluntad lo hará, lo conseguirá. Eso sí, siempre con mi ayuda. Porque allí estoy yo, en un segundo plano borroso a la que nadie ve y nadie echa en falta, pero me da igual, ella me necesita y yo haré lo posible y lo imposible por ayudarla, porque ella se merece lo mejor.
Lo mejor, no un chico que es todo fachada y que solo la tiene en la reserva porque para él es muy fácil, sabe que es llamarla y ella irá a su puerta, y que irá cuantas veces él la llame. Pero ahora no, ya no. Y me alegro, porque ha madurado, porque ha abierto los ojos y porque se ha dado cuenta de que él no es para ella, que no se pertenecen, que no están hechos el uno para el otro, que ya nada se puede hacer; pero él tan falso y con unas ilusiones ya muy desacertadas lo sigue intentando, la sigue camelando. Y es demasiado tonto y demasiado confiado como para darse cuenta de que ella ya no le espera.
Y con las rodillas en el barro, al lado del columpio nuevo y nunca explorado como su corazón, se encuentra ella.
De repente todo cobra sentido, y ella despierta de aquel sueño que tanto duró, demasiado. Ya no quiere estar con él, solo quiere ser su amiga y poder vivir tranquila, en paz; y mientras pasa esa estrella desde entonces suya, simplemente pide una cosa más: no volverse a enamorar si su historia no se hará realidad.

Pero después de leer esto ahora ya dudo de si realmente es asi. Y la verdad es que ya esperarle para nada, ya dije que si mañana se me presenta alguien en mi vida que me guste lo tiraré todo por la borda, y para nada me gusta la idea de esperarle pero finalmente y a resumidas cuentas, es lo que llevo haciendo 1 año y 18 días... pero no, creo que ya no tengo más tiempo. Pero al haber leido esto ya me hace dudar de si realmente lo tengo tan claro como quiero tenerlo.
Pero me doy cuenta de que aun sigo buscando su nombre cada vez que me conecto.
Pero si, lo tengo claro, ayer hice cosas que antes no las hacia ni me veía capaz de ello, al reves le seguia mucho demasiado el rollo y así ha pasado que se ha terminado creyendo que estaré ahí las 24 horas del día.
Pero finalmente resulta ser él el que me saluda siempre y que sino lo hace, todavia me sigue jodiendo, y es entonces cuando me doy cuenta de que sigue habiendo esa cosita ahi pero ya no es lo mismo, pero ya no entiendo nada porque nose que decirme ni yo, y quizás es que no hay nada que decir, solo consiste en olvidar, en olvidarle, pero eso es lo realmente dificil.

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