viernes, 9 de diciembre de 2011

Diferente día, la misma mierda.

Ni en mil blogs, ni en millones de entradas caberían todo el dolor que siento ahora. Si, así es, yo una persona fuerte, que ha soportado muchos momentos duros en su vida tanto sola como acompaña, y ahora me siento la persona más vulnerable, que puede odiar hasta limites infinitos, que hasta el rencor se le sale por los poros de su piel, que daría golpes hasta en el infierno para que me oyeran todo lo que estoy callando, que las palabras ya me queman por dentro, que ya no sabe lo que hacer ni lo que decir...
Mandarlo todo a la mierda sería demasiado fácil pero mi costumbre de hacer todo bien y sin querer perjudicar a nadie hace que la más dañada sea yo, parecerá que me importo demasiado poco, no lo creo, es solo que hay ciertas personas que hacen que las quiera más que a mí misma y que movería cielo y tierra por ellas aun cuando no se lo merezcen. Pero bueno así soy, no le puedo hacer nada, ¿que de los errores aprendes? es cierto, pero parece que el mismo error se presenta en mi camino y tropiezo con el como si una venda llevara puesta en los ojos, esa venda que me la puso él desde un 20 de noviembre de hace ya un año. Y se que para él no hay venda, ni errores, ni piedras, ni obstaculos, no hay nada, solo un simple juego, en el que tira porque le toca y se come a quien quiere. Que no mira al jugador de al lado, ese que hace un esfuerzo y mueve otra ficha para no comerle a él y joderle, ese que cuenta 10 en vez de 20, pero nada, cuando llega su turno él no mira ni a un lado ni a otro, solo sigue su camino, da igual quien este, quien no este, solo mira hacia delante, hacia su objetivo y cuando lo consigue es cuando se da cuenta de a quien ha derribado por el camino y en un momento de reflexion duda de haberlo hecho bien, pero en cuanto fija otro de sus objetivos pierde el norte y comienza su nueva andadura. Solo quiere llevar todas las fichas a casa, ese es su objetivo final. Pero el otro jugador que desde el inicio de la partida le ha estado ayudando parece no importarle lo más minimo que no aprecie lo que esta haciendo porque aun persiste durante toda la partida, ¿hasta cuando? no se sabe, porque lo cierto es que estará ahi cada vez que él diga: ¿echamos otra? Y asi una vez tras otra...

No hay comentarios:

Publicar un comentario