Hoy me he dado cuenta de que nadie es imprescindible, somos nosotros los que nos hacemos la idea de que no podríamos vivir si esa persona no está a nuestro lado, de nuestra mano. Y es que llega un momento en el que escucharle decir todas esas palabras suena tan bien que te encanta porque todo parece un sueño, como si estuvieras volando en el mejor avión creado, uno de esos de las películas, pero como en todo viaje siempre hay turbulencias y dificultades aunque momentos tan felices que recordarás toda tu vida.
En esta historia todo comenzó como una idea, como cuando dices: "Me gustaria viajar a..." a un sitio, da igual al que sea. Por circunstancias de la vida o personas de tu entorno un día llega alguien y te pone ese billete encima de la mesa y dices: "Joder, estás loco, ¿como los has hecho?" y después de esto te empiezas hacer a la idea de que tu viaje está cerca, llamas a tu madre y se lo cuentas, llamas a tu mejor amiga y también, haces la maleta y ese día, por ejemplo un 20 de noviembre cojes la puerta y te vas de camino al aeropuerto, llegas, enseñas tu billete, te montas en el avión y te dices: "Vale, aqui estamos por fin después de tanto tiempo conoceré esa gran ciudad" llegas y comienzas a conocer la ciudad, a visitar monumentos, a comer todo tipo de comida, captar miles de fotografías, a hacer de todo... Llega un punto en el que dices: "Esta ciudad me encanta, yo aqui me quedo" pero vuelves a la realidad y ves que tu no perteneces a ese sitio, tu vida está en tu casa, aquí, y te desilusionas un poco porque te da rabia, en menos tiempo del que piensas estarás otra vez subida en el avión de regreso. Día tras día te pateas la ciudad, recorres todos los sitios, conoces todos sus secretos y ves que cada día te encanta más, que deberías haber venido aquí ya hace mucho tiempo. Pero también ves cosas que no te gustan como todo en la vida, pero hay otros lugares tan bellos que te compensan, prefieres marcharte de los malos y disfrutar de los bellos, visitarlos una y mil veces. Llegarás a ver cosas que nadie hasta el momento ni ninguna ciudad te ha ofrecido y por ello te sientes muy feliz. Cada excursión que realizas es una experiencia nueva que acumulas, una que grabas y nunca se borrará, tarde de calor, noche de fiesta, tarde de frio... mil momentos y vividos junto a esa ciudad que quieres tanto, que has deseado tanto. Pero como todo, el viaje se acaba, rehaces tus maletas y vuelves, durante el viaje pasas recordando todo aquello que hiciste cada día, incluso tu diario de viaje hace que recuerdes hasta del más pequeño detalle y te sientes triste porque todo ha acabado porque aunque vuelvas a ir ya no será igual, ya todo habrá cambiado, pero mantienes la esperanza porque será mejor porque volverás a visitar todos esos sitios que descubriste y que quizás nadie antes había divisado tan bien y por ello una vez más te dices: "Merece la pena a pesar de todo".
Ahora toca llegar a casa, recibir a tu familia y a tus amigos que te esperan como agua de mayo y que cada uno de los días te ha estado llamando y compartiendo tu felicidad y tu desilusión, esos que sabiendo que estabas lejos han seguido a tu lado, esos que no te han fallado y han sido felices porque tu también lo eras.
Los recibes con un gran abrazo y dices: "Ya estoy aqui otra vez" con una gran sonrisa pero con una gran pena en tu alma porque ya nada de lo que tiene esta, tu ciudad, es igual que a aquella tan ansiada pero eso hace que valores más ésta y ver que no está tan mal aunque hay mejores.
Y con estas, dejar tu maleta a un lado, tumbarte en tu cama y decirte: "Mi próximo viaje será a..." a cualquier sitio, pero este sin duda será mejor porque una aprende con el paso del tiempo que hasta lo más deseado tiene sus cosas malas y que lo más insignifcante e inesperado sucede.
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