Aprendí de la vida, de mi breve vida, aprendí de esa persona, de él, aprendí a escribir y a leer, a escuchar lo que debo y lo que quiero. Aprendí que hasta la persona que te ama puede hacerte daño, ya sea sin darse cuenta o aposta, aprendí todo lo que una mentira puede causar, lo que puede provocar el no hablar claro y el callarse las cosas, aprendí a llorar aunque pocas veces me lo permito porque en los momentos duros es cuando no lo hago aunque luego si que podeís ver mis ojos enjugados en lágrimas durante una película o en la última página de un libro de amor, aprendí a reír y siempre lo hago, aprendí que hay gente mala y que solo pretende hacerte daño porque se ven inferiores a ti pero también aprendí que nunca es bueno responder a los ataques, simplemente dejarlos ahí, con indiferencia, es cuando más duele y que al final cada uno recibe su merecido y solo el tiempo pone a cada uno en su lugar. Aprendí de la distancia tanto de los kilómetros como la distancia que forma el orgullo, aprendí a ser yo, aprendí a ser mejor persona, aprendí a amar cuando yo pensaba que ya había amado con todas mis fuerzas y es entonces cuando me llegué a amar hasta a mí misma más de lo que ya lo hacía. Aprendí que nada es fácil, aprendí que todo das sus vueltas, aprendí también que siempre, todo lo que tú das, recibes.
Aprendí todo esto y quiero aprender más.
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